POEMAS
Cuando su alma se quebró,
se oyó por fin su voz:
«Cuánto más me desprecies,
más me querré yo.
Cuánto más me niegues,
más me afirmaré yo.
Cuánto más me pegues,
más débil te harás tú,
más fuerte me haré yo»
Un poema ilustrado de María Míguez.
HIBERNAR EN LA ESTACIÓN DEL MIEDO
Caminar por los pasillos de puntillas.
Perder la voz, la risa, la elocuencia;
las ganas de pintarte los labios
y desafiar tu mirada frente al espejo.
Temes las puertas sin cerrojo y
su aliento en tu nuca;
los silencios que preceden
a la ira desatada;
sus labios finos y apretados
antes de sentir garras en tus muñecas
mientras susurra:
¿Por qué me haces esto?
Después,
la humillación, el golpe,
el suelo frío en tu mejilla,
la ropa arrancada,
la desnudez del alma,
el llanto agotado en la sequía…
Sueñas con la soledad de tu cama
y tanteas, desde tu ínfima esquina,
para comprobar la tersura
de la sábana al otro lado.
Buscas en un mapa imaginario
el punto más lejano
a sabiendas que, aun ligera de equipaje,
no habrá distancia ni techo seguro.
Entonces,
te haces un ovillo e hibernas.
Sueñas con su caída
es los malditos infiernos.
Despiertas.
No respiras, no sugieres, no opinas.
No paseas, no saludas, no miras.
Y te mueres de frío poco a poco
entre paredes de hielo polar.
JULIA NAVAS MORENO
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