La lectura de este álbum ilustrado permite que los peques empiecen a formarse una mentalidad crítica, distanciándose del aborregamiento del grupo.
¿Está bien no ayudar a alguien sólo porque nadie ayuda? ¿Es correcto no
dejar jugar a una niña al fútbol? ¿Debemos hacer gamberradas sólo
porque las demás las hacen?
Este amigo de intercambio, muy molesto al principio, actúa como la conciencia del protagonista. Con tantas preguntas pone en evidencia la falta de lógica en su compartimiento y le hace enfrentarse a la realidad de sus acciones y omisiones. Sin duda alguna, es un fantástico álbum ilustrado para trabajar la inteligencia emocional de nuestros hijos y hablarles de empatía pero, sobre todo, de responsabilidad y comportamiento ético.
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